domingo, 11 de octubre de 2009

san Damian de Molokai, apóstol de los leprosos


Esta mañana tuve la oportunidad de participar en la Misa de Canonización de cinco nuevos santos, entre ellos: san Damian de Veuster (o de Molokai), sacerdote de los Sagrados Corazones (sscc), nacido en Bélgica y que partió joven a misión y decidió trabajar en medio de los leprosos, las personas más despreciadas y abandonadas de su época, en la isla de Molokai, sembrando entre ellos la esperanza y mostrándoles la luz de la fe, y devolviéndoles la dignidad.

Precisamente en este domingo que la lectura del evangelio, nos contaba de este hombre que pregunta a Jesús: "¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?"..."vende todo lo que tienes, dalo a los pobres, luego ven y sígueme". Yo me preguntaba, cómo un ser humano puede sacrificar completamente su vida, entregarla a quienes estaban más postergados y encontrar en eso no sólo la vida eterna, sino que su felicidad y su realización como persona.

¿Qué habrá pasado por la mente y el corazón de Damian?, ¿tendría miedo, sentiría asco en algún momento, pensaría en abandonar esa misión dificil?.

Me preguntó qué estoy dispuesto yo a dar por lo demás, cuánto estoy dispuesto a sacrificar, por el amor de Cristo. Porque si este sacerdote, hizo lo que hizo, fue porque Cristo estaba en él, porque supo ofrendar su vida haciéndose realmente otro Cristo, su vida fue Eucaristía, de otra forma no hubiese podido, en esto esta la fuerza de los santos en poner totalmente su vidas en las manos de Dios.

Ante tantos escándalos, tan publicitados, de sacerdotes de la Iglesia Católica. Los santos nos devuelven la confianza, de que sí es posible vivir la vida por Cristo. San Damian de Molokai, ruega por nosotros, especialmente por nosotros los sacerdotes para que sepamos entregarnos completamente a la causa del evangelio, que no nos cansemos nunca de trabajar por ser santos, para que no busquemos ningún tipo de privilegio por ser sacerdotes, sino más bien buscar el servicio más humilde al estilo de Jesús.

Que el ejemplo de este santo, nos motive también a nosotros a perder nuestros miedos, a lanzarnos con alegría en el seguimiento de Jesús, a buscar a los "leprosos" de hoy, a aquellos postergados que necesitan de nuestra ayuda, de nuestro cariño, de nuestra fe. Que no temamos a abandonar nuestras riquezas y seguridades.

¡vamos, que se puede!

1 comentario:

  1. Creo que estas situaciones y referencias son las que nos hacen ver nuestra pequeñéz y pobreza. Nada somos sin el ESPÍRITU de DIOS, porque de ÉL recibimos la fuerza, la humildad, la sabiduría para poder enfrentarnos con tan alta misión y poder amar a los más desheredados.
    Recuerdo que vi la película hace muchos años. Apenas recuerdo nada, pero tengo la imagen del sacrificio y lo insoportable que era aquello. No dejo de preguntarme cómo pueden enfrentarse a tales situaciones.
    Es entonces cuando percibes que sólo con la Gracia puedes realizar tales hechos.
    Pongámonos en manos del ESPÍRITU para que siendo dócil a su acción seamos transformados y fortalecidos para dejarnos conducir por su Voluntad.
    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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