jueves, 1 de octubre de 2009

¿Cuál es el plan de Dios para mi vida?

XXVII Domingo del tiempo Ordinario: Gn 2, 4.7.18-24; Sal 127, 1-6; Heb 2,9-11; Mc 10 2-16.

"Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?".
El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?".
Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella".
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.
Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre,
y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
Que el hombre no separe lo que Dios ha unido".
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella;
y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio".
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron.
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él".
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos".

Una primera consideración que podemos hacer es con respecto a la intención que traen los fariseos, cuando se acercan a preguntar a Jesús. No es una intención pura, sino de poner a prueba al Señor. La actitud que tenemos que tener con respecto de Jesús, es de escucha, de acogida a su Palabra.

Los fariseos están al nivel de la ley, de la norma, de lo que es lícito o ilicito, de lo que se debe hacer o no hacer, es decir, a un nivel superficial. Jesús va más allá de la norma o del hacer. Con su primera pregunta, parte al nivel de los fariseos, para después profundizar al plantear lo que Dios ha querido desde el principio. Nos invita a ir al inicio de la creación, a lo que es la voluntad y el proyecto de Dios en nuestras vidas, es una propuesta para cada situación de nuestra vida espiritual, no quedarnos a un nivel superficial de las cosas, sino más bien a buscar lo que Dios quiere de nosotros. Es por sobre todo una actitud de vida.

Es claramente también un evangelio que nos señala una vez más la importancia de la realidad sacramental del matrimonio, que es un signo del Amor de Dios en el mundo. Es una invitación a revalorar el matrimonio y la familia, tantas veces minusvalorado en la sociedad actual. Como cristianos es importante mostrar al mundo el proyecto de amor de Dios, a través del matrimonio.

Finalmente, tenemos a Jesús que se enoja con sus discípulos porque no permiten y riñen a quienes quieren que se acerquen los niños a él. Jesús nos enseña que para entrar al Reino de Dios, se debe ser como niños, como actitud espiritual. Aquellos que somos discípulos de Jesús, que estamos "dentro" o más "cerca" de la Iglesia, no estamos para defender a Jesús impidiendo que los demás se acerquen, sino más bien debemos facilitar su encuentro con Jesús .Teniendo presente que en los niños, se incluyen todos los pequeños, los débiles, los pobres, los excluídos, los enfermos, los lejanos.

Feliz domingo

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