viernes, 18 de diciembre de 2009

Feliz tú, por haber creído en la Palabra del Señor


Lecturas IV domingo Adviento: Miq 5,1-4; Sal 80(79), 2-3.15-16.18-19; Heb 10, 5-10; Lc 1, 39-45.

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: "¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor".
--------------------------------------------------------------------------
Una joven embarazada, se pone en camino a visitar a su parienta anciana y estéril que está, por obra de Dios, en su sexto mes de embarazo. Dos mujeres, dos historias de promesa y cumplimiento, que se cruzan en la única obra del Espíritu Santo de Dios. María que tras el anuncio del ángel, se pone en camino donde Zacarias e Isabel, una vez más la palabra de Dios mueve a un personaje bíblico a marchar por los caminos del Espíritu, a buscar y servir a los demás.

Se produce un encuentro único en toda la historia de la salvación. Un encuentro entre dos mujeres pobres de un país marginal y ocupado por una potencia extranjera, un encuentro divino, porque Dios interviene e inaugura la salvación a través de las relaciones humanas. Encuentro de Jesús y de Juan Bautista, que empieza ya en el vientre materno su vocación profética, saltando de gozo y llenando de Espíritu Santo a su madre. Este encuentro conocido tradicionalmente como la Visitación de la Virgen, nos envuelve en la alegría de saber que Dios actúa en medio de los sencillos y humildes de corazón.

Jesús, es la Palabra hecha hombre, en el seno virginal de María. Ella es la nueva Arca de la Alianza, no sólo porque lleva al hijo de Dios, sino porque ha guardado en su corazón la Palabra del Señor. Por eso la bendición de Isabel es para María, por haber creído en la Palabra de Dios, y en su cumplimiento. Por eso María es feliz, es bienaventurada, porque creyó en la Palabra de Dios y se pusó en camino.

Felices también nosotros, si creemos y conservamos la Palabra de Dios, felices nosotros cuando por escuchar la Palabra, nos pongamos en camino hacia el Señor. y hacia los demás, como María. Esta Navidad es una nueva oportunidad para estar atentos a lo que Dios nos quiere decir, por medio de un niño que nace en la humildad de Belén. Que este tiempo de Adviento que ya termina siga siendo un tiempo de preparación y de conversión.

Feliz domingo











No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: Preparación a la Navidad en tres actos. Domingo 3º...

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: Preparación a la Navidad en tres actos. Domingo 3º... :     Yo soy la voz que clama en el desierto. La liturgia ...