sábado, 9 de enero de 2010

Este es mi Hijo Amado, mi predilecto


Lecturas: Is 40,1-5.9-11;Sal 104,1-2.3-4.24-25.27-28.29-30; Tit 2, 11-14-3,4-7;Lc 3,15-16.21-22.

Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
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Estamos en la fiesta litúrgica del Bautismo del Señor, con la cual termina el tiempo de Navidad, que comenzó con el adviento, como tiempo preparatorio. Y nos presenta a Jesús al inicio de su actividad apostólica, recibiendo de Juan Bautista el bautismo, que recibían para la conversión de sus pecados.

En un momento previo al bautismo de Jesús, Lucas nos muestra la actitud noble y decidida del Bautista, ante quienes piensan que él podía ser el Mesías esperado. Viene uno más poderoso, que bautiza no sólo con agua, sino con el Espíritu Santo y fuego. Juan reconoce que Jesús es superior a él, porque Jesús es la Nueva Alianza que Dios quiere hacer con su pueblo y con toda la humanidad, para siempre. El humilde signo de decir, que ni siquiera es digno de desatarles las sandalias, nos muestran un reconocimiento frente al enviado del Dios Altísimo. Juan es sólo una "voz que grita en el desierto", Jesús es la Palabra misma de Dios hecha carne. Juan es testimonio de la luz que viene al mundo, Jesús es la Luz que ilumina al mundo. Juan es modelo de discípulo para cada cristiano.

Todos bajaban al Jordán a recibir el bautismo de conversión de Juan, también Jesús baja junto al pueblo a recibirlo. Una actitud que Lucas quiere remarcar es la oración que Jesús hace en este momento, es en oración que desciende el Espíritu Santo sobre Jesús, es durante su plegaria, que los cielos se abren y se escucha la voz del Padre que dice: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección". Es interesante hacer notar esta actitud de Jesús, a la hora de recibir el bautismo. Es una forma de decir que solamente en una actitud contemplativa podemos recibir el Espíritu de Dios, que sólo en contemplación frente a los misterios de Dios, podremos escuchar la voz del Señor que nos habla.

Que este nuevo año que comienza, nos podamos convertir cada día más a la voz de Dios que nos habla a través de su Palabra, especialmente en Jesús, la Palabra de Dios hecha carne.

Feliz domingo

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