sábado, 27 de marzo de 2010

La Pasión de Jesús y los personajes del Evangelio


Evangelio según san Lucas 22,14-71.23,1-56.

AVISOS
Este domingo por ser de Ramos se lee el texto largo de la Pasión del Señor, que por su extensión no incluiremos en nuestro comentario.
Comentaremos este texto, pues abarca todo el Misterio Pascual de la Semana Santa, ya que el próximo fin de semana del Triduo, no podré escribir el habitual comentario, por encontrarme colaborando en una parroquia en montaña, lejos del "mundanal ruido". Les agradezco su comprensión.
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El largo texto de la Pasión según san Lucas nos presenta con intensidad los últimos momentos de la vida de Jesús, desde la última cena, hasta el momento en que sepultan a Jesús en las vísperas del sábado, sin los ungüentos y perfumes correspondientes, que los dejan para el día siguiente del sábado...el evangelio queda en espera y en suspenso, a la espera del gran acontecimiento que descubrirán las mujeres el primer día de la semana (domingo)...pero no nos adelantemos.
Yo quisiera hacer un recorrido del relato de la Pasión, a través de algunos personajes que nos presenta Lucas: un discípulo (Pedro), un gobernador (Pilatos), un reyezuelo (Herodes), un campesino (Simón de Cirene), un ladrón y un hombre justo (José de Arimatea). Seis personajes que a diferentes niveles de conocimiento e intimidad, cruzan sus vidas con el maestro de Nazaret, en los momentos cruciales de su vida.

PEDRO: uno de los primeros discípulos de Jesús, pescador como la mayoría del grupo. De los seis, el más cercano al maestro. Jesús incluso pide especialmente por él (22,32), porque estará llamado a reafirmar la fe de los demás. Encontramos un Pedro impetuoso y generoso, dispuesto a dar su vida por Jesús, pero con mucho que aprender del camino del seguimiento humilde de Jesús, aprendizaje que hará entre amargas lágrimas al encontrarse con la mirada de Jesús, en el momento de la debilidad de la negación (22,61-62).

PILATOS: Su nivel de conocimiento de la persona de Jesús, es sólo a nivel de "noticias", de lo que otros le cuentan de él. Pilatos es el hombre que está ahí para ejercer la justicia, y parece tener buen criterio, porque no encuentra en él ninguna culpa (23,4.15.22). Pero sucumbe frente a la presión. No hace justicia, y condena al inocente, aún sabiendo que lo es.

HERODES: Tal vez uno de los personajes más frívolos del evangelio, que no sólo no conoce a Jesús, aparte de lo que se hablaba de él (23,8), sino que tampoco reconoce en Jesús, la inocencia, como Pilatos. Está tan sumergido en el poder, y en sí mismo que no descubre al verdadero maestro. Un dato curioso, a causa de Jesús se amistan Pilatos y Herodes (23,12).

SIMÓN DE CIRENE: De este hombre no sabemos mucho, sólo que era un hombre que bajaba de sus labores del campo, cuando se encuentra con Jesús, y es obligado por los verdugos del nazareno, a cargar con la cruz. Un hombre como cualquiera, obligado a cargar una cruz. Es interesante ver que Lucas lo presenta como un discípulo: "lo cargan con la cruz, y la lleva detrás de Jesús"(23,26), que recuerda el llamado del Maestro al seguimiento, "el que quiera ser mi discípulo que cargue su cruz y me siga".

UN LADRÓN: En la hora más dramática de Jesús, cuando parece que las fuerzas del mal han vencido, que incluso sus discípulos más cercanos, lo traicionan y niegan, y lo abandonan, en que todos se burlan de él, en que incluso uno de los que está condenado con él se burla, aparece este hombre que habla desde su pecado y su propio dolor, pero que desde éste logra reconocer en aquel hombre ensangrentado y derrotado, la mirada divina, logra descubrir una luz de esperanza para su propia vida: "acuérdate de mí, cuando vuelvas como rey" (23,42).

JOSÉ DE ARIMATEA: Un hombre que aunque pertenecía al Sanedrín, no había estado de acuerdo con el procedimiento injusto que se había hecho con Jesús. Pero del que Lucas agrega algo más: "esperaba el Reino de Dios"(23,51). José actúa con benevolencia tras la muerte del Señor. Es un hombre bueno y justo, que descubre al Hijo de Dios, en el calvario y hace lo único que en ese momento queda por hacer: dar sepultura al que ha muerto. Este es un acto de gran valor religioso en Israel (cf. Tob,1-2).

También nosotros podemos encontrarnos reflejados en alguna de las actitudes de estos personajes que nos muestra el evangelio, también nosotros podemos descubrir que grado de acercamiento, conocimiento y seguimiento tenemos de Jesús. La semana Santa es un momento privilegiado del año, para meditar sobre nuestra vida cristiana. Que como las mujeres del evangelio que se compadecen de Jesús (23,27), que lo siguieron desde Galilea hasta la cruz (23,49), y que no desfallecen tras su muerte, sino que esperan para ungüir el cuerpo del Señor (23,51), podamos ser también nosotros verdaderos discípulos de Jesús.

Una buena semana Santa y Feliz Pascua.

2 comentarios:

  1. Gracias por tu oportuno comentario. Te auguro desde ya buen tabajo pastoral "lejos del mundanal ruido", jejejeje, y una santa Pascua!

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  2. Una vez más gracias,.....
    Pablo

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