viernes, 20 de mayo de 2011

Jesús Camino, Verdad y Vida


Evangelio según San Juan 14,1-12.

"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde voy". Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?". Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre.
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Llegamos al fin de semana, y al Domingo, día en que la mayor parte de las personas pueden descansar un poco y compartir en familia y preparar fuerzas para la semana entrante, seguramente son muchas las preocupaciones que nos apremian para mañana lunes. El Domingo es el día del Señor (efectivamente es lo que significa: Domini Dies), y serán muchos los que participarán en las Eucaristías y Liturgias de este día o de ayer sábado por la tarde. El evangelio proclamado en nuestras iglesias y capillas (Jn 14,1-12), comienza con una afirmación fuerte y clara de Jesús a sus discípulos durante la última cena: “¡no se inquieten!”, la Escritura –tanto el antiguo o nuevo testamento- está lleno de afirmaciones del Señor en esta línea, de no temer y de confiar en la presencia de Dios. Es más, Jesús va a decir que creamos en Dios y también en él. Por eso el Domingo es un día para descansar, pero también para hacer un alto y reflexionar en torno a la Palabra de Dios y escuchar lo que Dios nos quiere decir. Por eso no debemos inquietarnos de las muchas preocupaciones que tenemos cada día.


Jesús promete que adonde el va nos tendrá preparado un lugar Uno de sus discípulos, Tomás, el mismo que dirá después que hay que “ver para creer”, necesita de certezas para confiar en las palabras de Jesús: “¿cómo vamos a saber llegar, sino sabemos el camino?”. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida, esta triple respuesta del Señor al desconfiado apóstol, abrirá para ellos y para nosotros todo un camino espiritual. Conocer a Jesucristo, seguirlo y amarlo es el camino que debemos recorrer.


Otro discípulo –Felipe- le pide a Jesús que les muestre al Padre y con eso basta para creer. “¡Tanto tiempo estoy entre ustedes, y ¿todavía no me conoces?". Jesús es el rostro humano del Padre, quien ve al Hijo, ve también al Padre. Descubramos el rostro del Padre Dios en Jesucristo, veamos al Señor Jesús, en los rostros de nuestros hermanos.


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