viernes, 20 de enero de 2012

Discípulos de Jesús



Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,14-20)

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»


Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
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Este tercer domingo del Tiempo Ordinario, comienza la lectura continuada del evangelio de Marcos (Mc 1, 14-20), que será interrumpida con la Cuaresma hasta Pentecostés. Marcos es un evangelio sobrio y conciso, sobriedad que ya podemos percibir en el texto de este domingo. Al iniciar su ministerio, después de que Juan Bautista fue arrestado, su discurso engloba lo que será todo su anuncio: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el evangelio”. La primera parte de la frase indica la cercanía de Dios que se ha producido por Jesús, y por eso el tiempo se ha cumplido, esto conlleva dos cosas expresadas en imperativos: conviértanse y crean en el evangelio. Dos acciones unidas entre sí, ya que para convertirse se necesita creer en la Buena Noticia (evangelio), que es Jesucristo.

En una segunda parte del evangelio de este domingo, se nos narra la llamada vocacional particular de los cuatro primeros discípulos: Simón y su hermano Andrés, primero, y a continuación de los hijos de Zebedeo: Juan y Santiago. Jesús pasa junto al mar donde ellos trabajaban y los invita a seguirlo, para hacerlos pescadores de hombres. El evangelio constata que dejaron inmediatamente sus redes y a su padre y lo siguieron. Queda de manifiesto la urgencia y la inmediatez de la respuesta de los discípulos a la llamada de Jesús, ante su llamada no queda más que dejarlo todo y seguirlo. Estos dos comportamientos: dejar algo y seguir sus pasos, son dos comportamientos que no se pueden separar en el discipulado de Jesús.

Que en este año que hemos comenzado podamos sentirnos los cristianos, más discípulos de Jesús, renunciando a todo aquello que va contra su plan de Salvación, y que lo sigamos con sinceridad. Que podamos convertirnos a su evangelio, que no es otra cosa que hacer la voluntad de Dios en nosotros.

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