jueves, 2 de marzo de 2017

El diablo y el pecado social



Evangelio según San Mateo 4,1-11.
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra".
Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios".
El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme".
Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
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El miércoles recién pasado, con la imposición de cenizas, hemos comenzado el tiempo de Cuaresma que nos recuerda el paso de Jesús por el desierto antes del inicio de su ministerio. Son cuarenta días en que enfatizamos la oración, el ayuno y la caridad, expresada ésta última en la tradicional “Campaña de Cuaresma de Fraternidad” que este año está destinada a los adultos mayores.

Esta semana hemos tenido la información, entre otras noticias, de una casa en el sector de Alerce (Puerto Montt), con supuestos fenómenos paranormales. Esto ha movilizado a parte de la prensa, haciendo de esto un nuevo show mediático –tal vez añorando los días de festival- buscando el morbo típico de estas situaciones. Dijeron que era el Demonio, entre otras cosas. En el texto del evangelio de este domingo (Mt 4, 1-11), es el mismo Satanás que tienta a Jesús en el desierto: “convierte las piedras en pan; lánzate desde el Templo, que los ángeles te recogerán; te daré el poder sobre los reinos y su riqueza, si me adoras”. Las tentaciones del placer, del poder y de la riqueza, vuelven una y otra vez al ser humano y de distintas formas.

No sabemos que pasaba en aquella casa de Puerto Montt, pero comparto plenamente la opinión del padre Luis Escobar de Rancagua (único autorizado por la Santa Sede para realizar exorcismos): “en estos casos hay que partir siempre desde la razón, ya que muchos de estos fenómenos tienen explicaciones racionales”. Pero siguiendo a Jesús, que derrotó las tentaciones del Maligno, el padre Escobar señalo que “Si quieren ver al diablo, mírenlo alrededor de ustedes y no se distraigan con estos shows: Las drogas se están comiendo a los jóvenes, los adultos mayores se están muriendo en los hospitales y las pensiones no alcanzan”. Las tentaciones que Jesús sufre en el desierto se vuelven a manifestar en el pecado social, en las injusticias, en la violencia, en la muerte del inocente, no en una taza que se cae o una lámpara que se mueve.

2 comentarios:

  1. Muy cierto todo lo expresado en el artículo, oremos para ser cada día mejores seres humanos y que no nos apartemos del camino de Dios.
    Espero tengamos una Cuaresma meditada y que podamos tender la mano a quien más lo necesita

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  2. Ojalá podamos seguir en las mejores condiciones el significado de este Tiempo de Cuaresma.-

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