Al celebrar una nueva conmemoración del día del trabajador, fecha
que recuerda la represión que culminó en la muerte de los trabajadores en
Chicago (EE.UU) a fines del siglo XIX, quisiera retomar algunas palabras del
Cardenal Silva Henríquez, en el contexto de la conmemoración del primero de
mayo. Decir que la Iglesia ha asumido esta conmemoración de los trabajadores
(no del “trabajo”), con la Fiesta litúrgica de San José Obrero –además de la
fecha del 19 de marzo donde también se le celebra- para recordar que el papá
terrenal de Jesús, era carpintero. En palabras del Cardenal Silva Henríquez: “La Iglesia no olvida su cuna. Su fundador y
cabeza, Jesús, el Esposo de la Iglesia, el Dios hecho hombre que ella adora y sirve,
era conocido como el hijo de José, el carpintero de Nazaret” (Homilía 1 de
mayo 1979).
En otra oportunidad el Cardenal decía: “El derecho del hombre a trabajar no puede, sin embargo ser ejercido de
cualquier manera. No basta que el hombre trabaje: es preciso que trabaje
humanamente, es decir: como imagen y semejanza de Dios” (Card. Silva
Henríquez, homilía 1 mayo 1977).
Estos pensamientos del Cardenal Raúl Silva Henríquez, siguen
vigentes en la realidad actual de la Iglesia y del mundo de los trabajadores.
La Iglesia, no puede olvidar su humilde origen en José de Nazaret, y por lo
tanto debe volver una vez más al pueblo, y a los trabajadores. Y por otra parte
volver a reivindicar el derecho al trabajo digno para todos, para que todos
puedan vivir una vida a “imagen y semejanza” de Dios, según la voluntad del
Creador, que todos puedan vivir la Justicia social en nuestra tierra. Feliz día
a los trabajadores de Chile y del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario