Este año el
domingo cuarto de adviento coincide con el 24 de diciembre (Noche Buena) y
mañana es el día de Navidad, una de las fiestas más importantes del calendario
litúrgico de la Iglesia. El nacimiento del Hijo de Dios, es para los creyentes
un acontecimiento de una gran relevancia: Es la encarnación del Hijo de Dios,
en la persona de Jesús. ¿Qué significa esto?. Que el Señor se hace carne como
uno de nosotros, para compartir nuestra vida, nuestras alegrías y tristezas,
nuestros gozos y esperanzas. Es un día de mucha alegría por esta misma razón,
el saber que es Dios quien se ha querido acercar a nosotros por pura iniciativa
suya y por amor, nos llena el alma de gozo.
Por cierto que
esto pasa, muchas veces, a segundo plano en las celebraciones actuales de la
Navidad, donde otros son los protagonistas y otras las prioridades. El sentido
primero de la Navidad, todo esto que hacemos, lo hacemos por una razón más
profunda que es el recuerdo del nacimiento de Jesús. Que la Navidad pueda
recuperar su centro en el Pesebre, el asi llamado “nacimiento”, y todo lo que
de él brota: fraternidad, compartir, solidaridad y entrega. Cada año sin
embargo, vemos surgir diferentes iniciativas que van en la linea de Jesús y de
la Navidad compartida: campañas de cajas, cenas compartidas, actividades para
niños, y muchas más que surgen de la iniciativa y creatividad de muchos.
Jesús es quien
nace en Belén, Él es la palabra creadora del Padre, y esta Palabra se hizo
carne para habitar entre nosotros, y por esto el mensaje de Jesucristo,
contenido en los Evangelios no es una palabra cualquiera, es la Palabra hecha
carne, es la Buena noticia de salvación anunciada a los pastores el día del
nacimiento de Jesús. Toda la humanidad canta de alegría porque nos ha nacido un
Salvador, en el humilde pesebre de Belén. Feliz Navidad a todos.
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