La Familia de Nazaret, modelo de escucha y discipulado

Lecturas Domingo Sagrada Familia: 1Sam 1,20-22.24-25; Sal 83,2-3.5-6.9-10;1Jn 3,1-2.21-24; Lc 2,41-52

Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él. Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres. ____________________________________________________
Celebramos este domingo a la Sagrada Familia de Nazaret, después de la gran fiesta del Nacimiento de Jesús, corresponde celebrar a la familia donde creció el Salvador. Esta familia santa que está llamada a ser modelo para todas las familias cristianas presenta, sin embargo ciertas particularidades en el evangelio de Lucas de este domingo: pierden al hijo, y se dan cuenta, después de un día de viaje, y después el hijo, al ser encontrado, responde de manera que pareciera ser, no la más correcta: "por qué me buscaban?".
Pero más allá de estos datos curiosos del evangelio, que por una parte, acercan la sagrada familia a las nuestras, encontramos a Jesús en el centro del relato del evangelio, y lo encontramos en el Templo, en medio de los doctores de la Ley, Jesús está en medio de ellos, escuchando (actitud del discípulo) y a la vez haciendo preguntas. Jesús es el centro del evangelio, él es la Palabra del Padre, que debe estar siempre en el centro de la vida del discípulo. Después de este episodio, Lucas relata que Jesús estaría sujeto a sus padres en Nazaret, mostrando en esto también una actitud de discípulo y docilidad.
Dos actitudes que aparecen en este evangelio y que nos ayudan también a nosotros en nuestro camino de fe y de discípulos, el primero es el asombro, el estupor, que es la puerta de acceso a la fe y por lo tanto a Jesús. Los maestros de la Ley estaban asombrados escuchando a joven Jesús. Sus padres también quedaron maravillados por lo veían y escuchaban de su hijo. También nosotros estamos invitados a maravillarnos ante Jesús que nace en Belén. La segunda actitud, que aparece en la lectura es la incomprensión, el no saber: cuando Jesús se queda en Jerusalén, dice el evangelio que ellos no lo sabían, "sin que se dieran cuenta" (en el texto original griego, el verbo es: conocer, comprender), y después de la respuesta de Jesús al encontrarlo en el templo, dice que "ellos no comprendieron". El problema es que ellos lo buscan en la caravana entre los amigos y los parientes, es decir, lo buscan en lo conocido, en lo de siempre, pero Jesús se le debe buscar en la novedad, en lo nuevo:"en las cosas del Padre", en la novedad constante y dinámica del evangelio.
Por eso también nosotros estamos invitados a tener la misma actitud de María, que conservaba todas estas cosas en su corazón, custodiando estas palabras. Es una actitud de docilidad y de fe ante Jesús y su palabra.

Feliz domingo