sábado, 8 de mayo de 2010

El que me ama, guardará mi palabra


Hch 15,1-2.22-29; Sal 67(66),2-3.5.6.8; Ap 21,10-14.22-23, Jn 14,23-29.

Jesús le respondió: "El que me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él.
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman !
Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
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Tres son los temas centrales del pasaje evangélico de Juan que nos regala la Liturgia de este sexto domingo de Pascua: La presencia de la Trinidad, el anuncio del Espíritu Santo y el don de la paz.

La presencia de la Trinidad en la vida de cada cristiano es fundamental en el camino espiritual y en este camino la escucha de la Palabra es esencial, no se puede hacer un camino hacia Dios, sino estamos a la escucha de lo que él nos dice, pero no sólo basta escucharlo, sino que debemos conservar esa palabra en nuestro corazón, como María. Dice Jesús que quien lo ama guardará su palabra y vendrán con el Padre a habitar en él. La Trinidad, es el Dios-relación, el Dios-comunidad que quiere habitar en nosotros, para que también nosotros participemos de la vida plena en Dios, requisito indispensable para poder participar de esta plenitud de vida es guardar y vivir la Palabra de Dios.

El segundo es precisamente el anuncio de la venida del Espíritu Santo, el Paráclito, es decir, el que exhorta y consuela al cristiano en la vida cotidiana. En estos versículos, se mencionan dos tareas en particular que debe desempeñar el Espíritu Santo: enseñar todas las cosas y recordar lo que Jesús dijo. Lo primero significa que el Espíritu Santo es nuestro maestro interior, que nos enseña y conforta en cada cosa que hacemos, el que nos ayuda cuando debemos discernir en nuestra vida; Lo segundo es que el Espíritu es la memoria de la Palabra de Jesús, de la Palabra que es Jesús. Nos recuerda todo lo que Jesús hizo y dijo y nos recuerda también su Misterio Pascual: su muerte y resurrección. Es el que mantiene firme nuestra fe.

Finalmente el don de la paz, que nos deja Jesús, la verdadera paz que viene de Él. La paz de Jesús es la paz divina, de la cual somos portadores si guardamos su Palabra, y dejamos que el Dios-Trinidad, el Dios Amor habite en nosotros y de la cual debemos ser mensajeros a todo el mundo, guíados por el Espíritu Santo.

Buen domingo

1 comentario:

  1. querido carlos, creemos q no te hemos agradecido por tus comentarios de las lecturas del domingo, es tiempo y te lo agradecemos nos da una mirada fresca y contextualizada de la palabra de Dios hoy y eso se agradece permanentemente...Abrazos miles y miles de bendiciones

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