jueves, 2 de septiembre de 2010

El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo




Evangelio según San Lucas 14,25-33.

Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:

"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.

El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.

¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?. No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: 'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
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El evangelio de este domingo es uno de los textos de seguimiento más claro que se presentan en el texto de Lucas. Como podemos apreciar desde el inicio del párrafo que nos indica que mucha gente va con Jesús, pero ¿por qué lo siguen?, ¿son verdaderos discípulos?. Efectivamente van detrás de Jesús, por eso dice el texto que él se da vuelta para hablarles y por eso su discurso será en vista a ser verdaderos discípulos suyos.

Ir detrás de Jesús, caminar por su camino requiere de ciertas opciones y condiciones, seguir a Jesús significa optar preferencialmente por él, este es el sentido sobre el amor a la familia y los amigos. No es que se desprecie el amor humano, sino que más bien se plenifica este amor humano, desde el amor a Jesús y a su causa. El que quiera seguir a Jesús sabe que esto es así. Y como dice en la parte central de nuestro texto la importancia de tomar la propia cruz y caminar en pos del Señor. Aunque es cierto que todo esto nos parece un lenguaje duro, sabemos que la gran certeza, alegría y confianza que tenemos al seguirlo, es que a pesar de todo esto el mismo Señor Jesús siempre estará con nosotros y nunca nos abandonará (como bien lo grafica nuestro dibujo de este domingo).

Por eso que optar por el seguimiento de Jesús, exige una gran decisión, y firmeza en esta convicción. El ser cristiano es un compromiso de toda la vida, es una decisión que se toma y se va reafirmando con la seriedad de quien construye una torre o hace cálculos para una batalla. Supone renuncias y rupturas, porque significa poner la confianza en Dios por sobre todas las cosas. Nosotros que hemos optado por seguirlo, sabemos que es un camino que muchas veces puede traernos dificultades e incomprensiones, pero que nos trae felicidad y en definitiva la Vida eterna.

Que no seamos nosotros como aquel gentío que seguía a Jesús, tal vez sin mucha conciencia, o simplemente porque buscaban milagros, pero sin un mayor compromiso de vida, muchos que en el momento de la cruz abandonaron al maestro. Que sepamos llevar nuestra cruz y caminar tras Jesús.

Feliz Domingo.

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