viernes, 17 de septiembre de 2010

No se puede servir a Dios y al Dinero



Evangelio según San Lucas 16,1-13.

Decía también a los discípulos: "Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: '¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto'.
El administrador pensó entonces: '¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!'. Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: '¿Cuánto debes a mi señor?'. 'Veinte barriles de aceite', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez'. Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto debes?'. 'Cuatrocientos quintales de trigo', le respondió. El administrador le dijo: 'Toma tu recibo y anota trescientos'. Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente.

Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz.

Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes?

Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero".
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En el evangelio de este domingo se presenta la relación con la riqueza y la pobreza por parte del seguidor de Jesús, y que será el tema de todo el capítulo 16 del evangelio de Lucas . Primero con la parábola del administrador deshonesto, que es elogiado por su patrón cuando se entera de su proceder después de despedirlo, aunque esta parábola nos puede resultar desconcertante, porque parece que elogia el actuar deshonesto, es más bien a la astucia mostrada por el administrador, porque los hijos de este mundo lo son más que los hijos de la luz.

La segunda parte está conformada por diferentes dichos sobre la actitud que se debe tener: primero a ser fiel en las cosas pequeñas, porque quien es fiel en lo pequeño lo será también en lo importante, es decir la importacia de las pequeñas cosas, las cosas cotidianas, hacer bien lo de cada día, porque en las pequeñas cosas se juega toda la vida, la vida está hecha de detalles, y en eso se muestra el amor a Dios y a los demás.

Finalmente el último mensaje viene a ser el central de todo el texto de hoy: no se puede servir a Dios y al dinero, no se puede servir a dos patrones. Una invitación a una elección determinada, una elección radical, a quien pertenecer, donde está nuestro corazón, que nuestra vida no sea de ambición y de amor al dinero, sino de Dios, de entrega desinteresada y abierta a los demás, donde reine sólo Él.

Feliz domingo








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