sábado, 29 de agosto de 2009

Escuchar con el Corazón (con todo nuestro ser)


Lecturas: Deut. 4, 1-2.6-8; Sal 14, 2-5; Sant 1,,17-18.21-22.27; Mc 7, 1-8. 14-15.21-23.

Los fariseos y los escribas cuestionan que los discípulos de Jesús no practiquen las normas de pureza, que estipulaban las tradiciones de los antiguos. En el fondo al que quieren criticar es al propio Maestro a través de sus discípulos, por eso Jesús no busca justificar a los suyos, sino más bien, citando al profeta Isaías, reprueba la hipocresía de aquellos que lo critican: "Este pueblo me honra con los labios, y no con el corazón". Es importante decir que en la mentalidad hebrea, el corazón no tiene la connotación meramente de sentimientos, que tiene en nuestra cultura, sino que más bien es el centro de toda la persona, es la sede de su pensamiento, de sus decisiones, de sus acciones. Podemos comprender así la fuerza con la que Jesús critica a los fariseos y escribas. Que su vida no está en Dios, que no se han convertido verdaderamente.


La primera lectura del libro del Deuteronomio, Moises habla al pueblo entregándoles las leyes y preceptos que vienen de parte de Dios. Comienza con un verbo importante en la piedad israelita: Escuchar. Esta es la primera gran invitación que Dios nos hace por medio de la liturgia de la Iglesia, a tener nuestros oídos atentos a lo que el nos quiere comunicar, a su palabra de Verdad. "Escucha Israel".

De la escucha viene la acción, el poner en práctica lo que Dios quiere de nosotros, hará de nosotros personas sabias y prudentes, y nos dará la vida. Esto es lo fundamental, en la práctica sincera de la Ley de Dios, escuchar atentamente a Dios.

El apostól Santiago, insistirá en la importancia de la Palabra, que es capaz de salvarnos y nos invita a recibirla con docilidad, porque todo lo bueno viene de Dios que nos engendró a través de su Palabra.

Jesús llama a la gente, y le dice "escuchen", al usar el verbo "escuchar", el evangelista quiere mostrar a Jesús que interpreta la Ley en su forma verdadera. "nada que entra en el hombre lo hace impuro", sino lo que sale de su corazón, o sea, como hemos dicho antes, de lo más profundo de su ser, de ahi salen las maldades, por eso es que la Palabra de Dios debe ser acogida en nuestro corazón, es decir, en nuestra vida, desde el interior, para trasformarnos de verdad.

Así podremos practicar la religiosidad pura y sin mancha de la cual habla Santiago, que consiste en ocuparse de los huerfános y de las viudas, o sea, de los más desprotegidos, en la misma línea de los profetas del antiguo testamento, y en alejarnos del mal.

Que podamos, también nosotros, escuchar la Palabra de Dios y que escuchándola, nos transforme el corazón y así practicarla con sinceridad, en favor de los demás.

2 comentarios:

  1. Cuando hablamos de escuchar a Dios, ¿a que nos referimos? ¿Al mero hecho de leer la palabra? si es asi se vuelve un conjunto de reglas morales en que basar el eje de nuestra vida. ¿O es mucho más alla?¿Es escuchar a Dios desde el pobre, desde aquel que sufre y nos recuerda el sufrimiento de cristo?¿Es escuchar a Dios el silencio? Es dificil entender el significado de escuchar. Más dificil aun cuando siempre te dicen lo mismo una y otra ves y solamente te puedes hacer meramente la idea de el significado de lo que puede ser escuchar a Dios.
    En verdad me cuesta entender como hablaba Dios a los profetas, o simplemente cómo los profetas podian escuchar a Dios. Eran hombres como nosotros y sin embargo parecian estar favorecidos con una gracia que no a todos se les dá.
    Ahora bien, escuchar a Dios puede ser esto otro tambien. Por ejemplo yo se que mi papá me ama, lo se porque el me demuestra su cariño en sus acciones y con sus palabras. Se que me ama, por que me enseña a vivir, me instruye en el arte tan complicado de vivir dentro de la sociedad, y lo hace para que cuando salga afuera no sufra, el no quiere que yo sufra por que me ama. Ahora si esto lo coloco en relacion al Padre y a mi, podria decir que el padre me enseña a vivir la vida para que sea feliz atraves de la palabra inspirada de algunos autores, por una parte por eso se que me ama. Por otro lado, sus acciones estan en los demas, en aquellos que estan cerca mio y dispuestos a ayudarme, en aquellos que me acompañan en mi proceso de crecimiento, en aquellos que estan dispuestos a darme un consejito sin más que por qeu me quieren, incluso esta en aquellos que me hacen daño (de ellos aprendo).Ahora bien, escuchar al padre no tengo mas remedio que escucharlo en el silencio que me otrogan todas las cosas y personas, en la biblia, y en las señales. Pero las señales son confunsas a dodne se puedan mirar.
    Bueno y llegando a este punto aun salta la pregunta de ¿como escuchar a Dios con claridad?¿Como saber cuando esta hablando y cuando calla?¿Como el silencio puede otorgarme una conexion a Dios?

    Eso
    Saludos

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  2. gracias por tu comentario Gonzalo, primero decir que la palabra de Dios, es un conjunto de normas morales, no es exacto ni justo con la Escritura.

    Pero hay que diferenciar entre escritura (la Biblia), con la Palabra de Dios, que trasciende ,la sola escritura del Libro, no somos religión de libro, solamente.

    Dios habla de muchas maneras, pero también, calla. En la escritura, los profetas, apostoles, patriarcas, encontramos precisamente ejemplos de personas que supieron ponerse a la escucha de lo que Dios quería de ellos.

    El silencio es interior y exterior es una valiosa ayuda para entrar en oración, solemos llenar nuestra mente de cosas, o de lo que queremos decirle a Dios, que no lo dejamos hablar.

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