sábado, 12 de diciembre de 2009

¿Qué tenemos que hacer? (3º Domingo de Adviento)


Tercer domingo de Adviento: Sof 3, 14-18; (Sal) Is 12, 2-6; Flp 4, 4-7; Lc 3, 10-18.

La gente le preguntaba: "¿Qué debemos hacer entonces?".
El les respondía: "El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto".
Algunos publicanos vinieron también a hacerse bautizar y le preguntaron: "Maestro, ¿qué debemos hacer?". El les respondió: "No exijan más de lo estipulado".
A su vez, unos soldados le preguntaron: "Y nosotros, ¿qué debemos hacer?". Juan les respondió: "No extorsionen a nadie, no hagan falsas denuncias y conténtense con su sueldo".
Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías,
él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Tiene en su mano la horquilla para limpiar su era y recoger el trigo en su granero. Pero consumirá la paja en el fuego inextinguible".
Y por medio de muchas otras exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Noticia.
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Estamos ya en el tercer domingo de Adviento, conocido como el domingo de la alegría, por la proximidad de la Navidad, y por las lecturas, especialmente la de Sofonias y la carta a los filipenses, que nos recuerdan la importancia de la alegría en la vida del creyente.

El evangelio de Lucas, que se nos ofrece en la liturgia de este domingo, nos sigue relatando en continuación con el texto del domingo anterior, la actividad de Juan Bautista, que anuncia la llegada del Señor, y la necesidad a preparar sus caminos. Frente a este anuncio del Bautista, surge una pregunta fundamental, en el camino de la conversión: ¿qué debemos hacer?. Por tres veces se le hace esta pregunta a Juan Bautista. La primera vez, es la gente que está en torno a él, y luego dos grupos específicos (publicanos, soldados).

La primera respuesta nos sorprende: "El que tenga dos túnicas, dé una al que no tiene; y el que tenga qué comer, haga otro tanto", sorprende por su simplicidad, pero por sobre todo, por lo concreto de la respuesta de Juan, en relación a la solidaridad y dar a los demás, como camino no sólo de conversión, sino que también de felicidad, a través del amor fraterno. Las siguientes respuestas siguen la misma línea de caridad y de justicia, frente a quienes le preguntan, los publicanos, que cobran los impuestos injustos para el imperio Romano, y los soldados que trabajaban para el mismo imperio, muchas veces en forma violenta e injusta. No les pide nada de extraordinario, sino que en lo cotidiano de la vida, sean justos con los demás. También nosotros debemos preguntarnos, ¿qué debemos hacer?, ¿qué debemos hacer para nuestra salvación?, ¿qué debemos hacer por los demás?, ¿qué debemos hacer para ser verdaderamente felices?.

Este domingo de la "alegria", como viene explicítado en las otras lecturas dominicales, la encontramos a la luz de las palabras de Juan Bautista, en la vida cotidiana, en el vivir en la caridad y la justicia todos los días. Vivir en la espera del Señor Jesús, que nace en Belén, como el pueblo que estaba a la expectativa, esta esperanza abre nuestro corazón a la alegría, a la verdadera alegría del evangelio, que es el mismo Jesús.

Feliz domingo.

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