viernes, 23 de julio de 2010

Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá


Lectura del Santo Evangelio San Lucas 11, 1-13

««Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: "Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos". El les dijo: "Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación".

Les dijo también: "Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite".

Yo os digo: "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!"»

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Para este domingo la liturgia nos ofrece un texto clave en lo que es la oración del cristiano, de aquellos que seguimos a Jesús. Por una parte el ejemplo que el propio Jesús da a sus discípulos que lo ven orando, y es ante la vista de Jesús en oración que nace el deseo de sus seguidores de saber cómo orar. Este requerimiento lo hacemos nuestro hoy en día.

El Señor no enseña fórmulas. ni formas de oración, el trasmite una experiencia que tiene con su Padre Dios, que es nuestro Padre, en la primera palabra del padrenuestro se resume toda la oración que Jesús enseña a sus discípulos, es la esencia de la oración cristiana. Dios es nuestro Padre y esto nos hace hermanos entre nosotros. Por sobretodo lo que Jesús enseña es un comportamiento frente a Dios, que no debe ser de miedo, ni lejanía, sino que brota de la conciencia de ser hijos, es la relación filial de amor con Dios Padre, que escucha nuestras plegarias.

La versión más corta del Padrenuestro del evangelio de Lucas (cinco peticiones), a diferencia de la de Mateo que es la que asume la liturgia, nos ayuda precisamente a ver lo verdaderamente indispensable para nuestra vida:"danos cada día nuestro pan cotidiano", en el Padrenuestro no se piden riquezas, sino lo necesario para cada día. Por otra parte esta cotidianidad se enlaza con el "día a día" del caminar junto a Jesús, del discípulo-misionero. Los ejemplos que da inmediatamente después del Padrenuestro, nos muestran la eficacia de la oración.

La triple promesa de Jesús: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Es una actitud pasiva de esperar en Dios, pero también activa de pedir, buscar y llamar. Es la oración constante, que refuerza el abandono en Dios. Pedir en nuestra oración no sólo cosas buenas que da un padre bueno, sino la cosa buena por excelencia que es el Espíritu Santo que es la fuente de nuestra santidad y de la virtud.


Buen domingo.






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