miércoles, 14 de julio de 2010

A la escucha de la Palabra para acoger a Jesús




Evangelio según San Lucas 10,38-42.


Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa.

Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude".

Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas,
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada".
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El corto texto que escucharemos este domingo concluye una sección del evangelio de Lucas que comienza en 9,51 cuando Jesús no es recibido en un pueblo de Samaria y que incluye el relato de algunos que quieren seguirlo y el llamado y la misión de los setenta y dos discípulos. E inmediatamente antes del relato de "Marta y María", la parábola del buen samaritano que leímos el domingo pasado, que Jesús cuenta ante la pregunta de un maestro de la ley sobre quién es el prójimo.

Lo primero que queremos aclarar es que muchas veces se nos presenta este texto con una suerte de dicotomía entre la vida activa (Marta) y la vida contemplativa (María), esta no sería en principio la intención del texto. Primero porque lo que Marta hace no está mal, al contrario la acogida que tiene con Jesús es parte de una de las cualidades más importantes en la cultura de aquel tiempo (y de siempre), que es la hospitalidad, y que se presenta como contrapunto con el inicio de esta sección que como hemos dicho, es la no-acogida de Jesús en un pueblo samaritano.

Además porque la "escucha de la Palabra", no se contrapone con la acción, ni visceversa como podemos pensar, la oración y la acción están íntimamente unidas. Se quiere recalcar una vez más la importancia de ponerse a los "pies de Jesús", -signo de discipulado- para escucharlo para luego actuar acorde a lo que Él nos dice. Se refuerza la idea que Jesús respondió al maestro de la ley: "¿qué dice la ley?, ¿qué lees en ella?", es decir ponerse a los pies del Señor y escuchar su Palabra, para luego ser buenos samaritanos. El concepto acuñado en Aparecida de "discípulos-misioneros" sintetiza acertadamente el mensaje que nos quiere trasmitir el evangelio.

Pidamos al Señor para que nosotros colocándonos a los pies de Jesús para escuchar su Palabra podamos se a la vez como Marta, buenos samaritanos para quienes necesiten de nosotros.

Buen domingo

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