Evangelio según San Mateo 6,24-34.
No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan.
Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
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La liturgia de este domingo nos ofrece un texto que pertenece todavía al “sermón de la montaña”, y donde Jesús nos coloca en la disyuntiva de elegir entre dos señores: Dios y el dinero, ésta tensión no siempre es bien entendida. Para los creyentes es evidente que Dios está por sobretodo, y en esto no hay dos lecturas. Sin embargo el problema comienza cuando a raíz de los problemas cotidianos, vemos que el dinero pasa a ser un tema recurrente (la mayor parte de las veces porque no alcanza), ¿cómo debe actuar un cristiano frente al dinero?. Jesús nos enseña que el problema radica en la inquietud que esto produce en nosotros: “no se inquieten por su vida..”, dice el texto del evangelio de Mateo, lo cual no significa que no nos preocupemos y no velemos por nuestras familias y nosotros mismos, sería un error pensar que el evangelio nos invita a una despreocupación. La palabra clave es la inquietud, que en una traducción libre moderna sería stress, no se estresen por su vidas nos dice Jesús…”¿no vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?”. Cuantas veces vivimos ansiosos por cosas que verdaderamente no son fundamentales, cuantas personas sufren por tener ciertas cosas que son superficiales, en circuntancias que tantos otros hermanos nuestros sufren porque carecen de lo básico.
Es por eso que esta disyuntiva entre Dios y el dinero, es más que un optar simplemente por uno o por otro, sabemos que vivimos en un mundo donde el dinero es una forma de cambio, que sirve como instrumento y no más que eso, el problema es cuando también compra nuestro corazón. Pero también saber que existe de fondo un tema de justicia, con los más necesitados, que no tienen muchas veces para comer y donde, sin embargo la fe en Dios permanece, en forma fiel.
gracias, Padre mil gracias unidos en oración
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