Ahora queremos dar un segundo paso en los temas para una mejor comprensión de la
Palabra. La vez pasada vimos los criterios básicos para la lectura bíblica. Ahora veremos algo sobre el Autor sagrado y la inspiración.
Definamos primero la inspiración: es la acción de Dios, del
Espíritu Santo, sobre los autores sagrados, en virtud de la cual, sus escritos
son Palabra de Dios. Dios es el que inspira, el hombre es inspirado y el texto
escrito está bajo la inspiración (trasciende al autor). Por eso aunque hay
muchos autores humanos en la Biblia: Jeremías, Job, Lucas, Pablo, Pedro, etc.
El autor principal o sagrado es Dios mismo.
“Toda Escritura es inspirada
por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en
la justicia” (2Tim 3,16). Para entender el sentido más profundo de la
inspiración, se necesita la fe, porque la Palabra de Dios en la Biblia, fue
escrita desde la fe. La inspiración se da en todos los niveles de la
composición de los textos, y en todos los libros del Antiguo y del Nuevo
Testamento, ya que ambos están igualmente inspirados por Dios. Existe por lo
tanto, una unidad en la Verdad salvífica de toda la Biblia.
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