¿Qué más da?...cuantos se han ido ya. Este domingo se termina el
año 2017, un año más –como dice la canción- que nos deja alegrías, tristezas,
en fin, parte de nuestra vida y de nuestra historia. Aunque sea una fecha
convencional que nos sirve para medir nuestros tiempos y acciones, el fin de
año nos ayuda a reflexionar sobre un tiempo determinado. Recuerdo un profesor
de filosofía que nos decía que en realidad no es “un año más”, sino que un “año
menos”, aunque la canción con esta letra no causaría tanto entusiasmo.
El tomar conciencia del tiempo, es para el ser humano importante,
ya que junto al espacio son las dos coordenadas de las cuales no nos podemos
separar. La ficción tratará de superar a ambas, y esto está en el imaginario
popular: maquinas del tiempo, estar en dos lugares al mismo tiempo, etc.
El tiempo en griego se expresa con dos palabras distintas: cronos y kairos. La primera es el tiempo que pasa inexorablemente, que nos
hace correr, que a muchos desespera, de donde salen expresiones como: ”el
tiempo pasa volando” o “el tiempo no pasa en usted”. El Kairos, en cambio, es el tiempo considerado como ocasión, más que
extensión, es el tiempo oportuno, la oportunidad, el tiempo señalado. El tiempo
de Dios es este, que entra en nuestra vida, en la extensión de nuestro tiempo
temporal (cronos) y fija en nosotros
su presencia, como lo hemos celebrado en Navidad. Que el año que empieza sea un
tiempo de Dios para todos. Feliz año.
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