El Tiempo Pascual, es la prolongación de la alegría de la
resurrección de Jesús, ésta alegría es fruto de una experiencia fuerte que
tuvieron los discípulos con Jesús resucitado. Esto les cambio la vida y con la
fuerza del Espíritu Santo, serán testigos de lo que han visto y oído.
Sin embargo, el punto de partida de los discípulos es la
desesperanza, el miedo, la cobardía y la culpa de haber dejado al maestro solo,
de haberlo negado y traicionado. Es Jesús quien toma la iniciativa, y les trae
la paz (Lc 24, 35-48). Ellos estaban atónitos y asustados, y Él les da
tranquilidad; ellos se resistían a creer y Él les devuelve la fe; ellos no
entendían lo que debía pasar con el Mesías y Él les abre la inteligencia.
Hoy nuestra Iglesia en Chile está en una profunda crisis: se han
cometido delitos contra aquellos a quienes se debe cuidar y proteger, se ha
buscado el poder y el dinero; se ha buscado proteger una imagen de seguridad y
poder social; se ha preferido encubrir antes de afrontar la realidad desde la
verdad como nos pide Jesús. San Juan nos dice: “pero en aquel que cumple su
palabra, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud” (1Jn 2,5).
Confiamos en que el Espíritu del Resucitado, guie las futuras decisiones, que
se repare el daño hecho y desde abajo, podamos retomar el camino de Jesús.
La imagen de Fano es la que mejor representa el momento que estamos viviendo. Mateo 8:23-27; Marcos 4: 35-40. y se desato la tormenta.
ResponderEliminarCuando atravesamos una experiencia tormentosa como esta, podemos llegar a pensar que el Señor se ha dormido porque no interviene como a nosotros nos gustaría, pero seguro que se encuentra esperando el momento oportuno de hacerlo. Dios siempre está presente en las tormentas, siempre ha estado ahí, tanto si hay tormenta como si no, en el cielo y la tierra están siempre en su presencia.
Jesus les dijo a sus discípulos que era una cuestión de fe. (Marcos 4:40).
Mientras Jesus esta en nuestra barca zarandeada por esta tormenta seguiremos en su camino.