Este domingo la
Iglesia en Chile celebra la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, más
conocida como la fiesta de Corpus Cristi,
en que se recuerda este Misterio tan importante para los católicos como es la
presencial real y verdadera de Cristo en la Eucaristía.
Este año tan
especial para la Iglesia chilena, estamos viviendo en nuestras comunidades el
Congreso Eucaristico, este nos sirve de marco para vivir con mayor intensidad
la fe en Jesucristo, como nos pide el Papa Francisco en su última carta al
Pueblo de Dios en Chile. En ésta carta nos señala:” Exhorto
a todo el Santo Pueblo fiel de Dios que vive en Chile a no tener miedo de involucrarse
y caminar impulsado por el Espíritu en la búsqueda de una Iglesia cada día más
sinodal, profética y esperanzadora; menos abusiva porque sabe poner a Jesús en
el centro, en el hambriento, en el preso, en el migrante, en el abusado”. Poner a
Jesucristo Eucaristico en el centro, es colocar a todos ellos en nuestra
preocupación, el “pobre es Cristo”
–dirá el Padre Hurtado. Sólo entonces la Iglesia podrá volver a reanimarse y
dedicarse a la evangelización, que es finalmente su misión: Anunciar a Jesús y
no anunciarse a ella misma.
La celebración
del Cuerpo y la Sangre de Jesús sea un hito más en el peregrinar eclesial en
este año en que el Espíritu Santo ha ido remeciendo a su Iglesia. Termino
citando nuevamente al Papa:” La renovación en la jerarquía eclesial por si misma no
genera la transformación a la que el Espíritu Santo nos impulsa. Se nos exige
promover conjuntamente una transformación eclesial que nos involucre a todos. Una Iglesia profética y, por tanto,
esperanzadora reclama de todos una mística de ojos abiertos, cuestionadora y no
adormecida. No se dejen robar la unción del Espíritu”.
Propongo que sea leída por una pareja de buenos lectores laicos en el tiempo de la homilía.ŕ
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