Acabo de actualizar un artículo que escribí el año 2011 para el entonces boletin diocesano de Valdivia, sobre los cambios hecho en el Misal (muchos por todos) y los no realizados (ustedes por vosotros), y que ahora se ha hecho en el 2016.
Hace más de un año que en nuestras parroquias y capillas se ha
comenzado a utilizar en nuevo Misal romano, en una edición preparada en
Argentina, pero vigente para todo el cono sur (Bolivia, Uruguay, Paraguay,
Argentina y Chile). A lo mejor muchos no se han dado cuenta del libro nuevo,
pero si habrán notado un cambio en las palabras en el momento de la
consagración del vino: del tradicional: “Tomad
y bebed todos de él, porque este es el Cáliz de mi sangre, sangre de la Alianza
nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados.”, ahora se
hace un cambio y se dice:”…que será
derramada por vosotros y por muchos,
para el perdón de los pecados…”. Aunque ciertamente no es el único cambio
del nuevo Misal, no es el motivo de éste artículo el hacer un análisis
litúrgico (o de rúbricas), sino el de fundamentar bíblica y teológicamente este
cambio.
El cambio por el "ustedes" (2016)
Antes de analizar el cambio hecho, decir que la edición argentina
y de los demás países del cono sur, aceptaron también el cambio de lenguaje en
la consagración de la fórmula española a la latinoamericana: “tomen y coman…”,
“tomen y beban…”, pero ésta innovación no fue aceptada por la totalidad de la Conferencia
Episcopal de Chile, por lo que se tuvo que hacer una edición propia para Chile. Sin embargo desde Pentecostés de este año 2016 (15 de mayo), también en Chile se podrá usar el "ustedes".
Las razones de este cambio, solicitado por la Conferencia Episcopal de Chile, fueron las siguientes:
- En la América hispanoparlante la forma verbal ampliamente usada para referirnos a la segunda persona plural es "ustedes".
- La Conferencia Episcopal de Chile aprobó el uso del "ustedes" en los saludos, moniciones y exhortaciones el 16 de diciembre de 1986, conforme a las facultades concedidas por la Santa Sede.
- La mayoría de las conferencias episcopales de los países de habla castellana en América aprobó el cambio.
- La homogeneidad entre el lenguaje de la Biblia y el del Misal es favorable para los fieles.
¿Por todos o por muchos?
Volvamos al tema del
cambio realizado de “todos los hombres”,
por: “y por muchos”, puede parecer en
una primera impresión como un reducir la salvación universal solamente a
algunos, excluyendo a otros, lo cual podría causar asombro y cierto recelo, al
ser escuchado en contraste con lo anterior. Nos podríamos preguntar: ¿acaso
cambió algo en la teología de la Iglesia, con respecto a la salvación?, porque al
pasar de TODOS a MUCHOS existe una diferencia
en la lengua castellana; pasar de la totalidad a un adjetivo que no implica
sino a una parte, puede prestarse a confusión.
Presentada la problemática en cuestión veremos, las razones por
las cuales se ha llegado a este cambio en la expresión de la consagración del
Vino. La Constitución Apostólica Missale
Romanum[1]
(1969), con la que el Papa Pablo VI promulga el nuevo Misal reformado tras el
Concilio Vaticano II, establece en Latín que las palabras de la consagración
sobre el cáliz son las siguientes: “Accípite
et bíbite[…] qui pro vobis et pro multis effundétur”. No hace
falta saber mucho latín para darnos cuenta que junto al “por vosotros” (pro vobis), dice: “y por muchos” (et pro multis), esto quiere decir que el nuevo texto
del Misal recupera la expresión latina en su correcta traducción. Sin embargo
no nos basta quedarnos sólo hasta aquí, ya que nos interesa ir aún más allá,
hacia nuestra fuente principal: La Biblia.
Los textos de la institución de la Eucaristía aparecen en los
evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), y en la primera carta a los
Corintios en la teología paulina (recordemos que en Juan, la institución de la
Eucaristía se expresa en el signo del lavado de pies: Jn 13). Los textos son Mt
26, 28; Mc 14,24; Lc 22,20; 1Cor 11,25. Es en los textos de Marcos y Mateo donde se específica
que el Cáliz consagrado por Jesús es derramado por “vosotros y por muchos”. Veamos el texto de Mateo para seguir
nuestro estudio: “…porque ésta es mi
sangre de la Alianza, que es derramada por
muchos para perdón de los pecados”[2].
El texto en griego efectivamente usa el adjetivo pollw◊n (Polon), que significa “muchos”.
Toda esta explicación desde las fuentes nos
deja claro que la innovación litúrgica es correcta, pero no soluciona la
dificultad de pensar que se está excluyendo de la salvación a unos “pocos”. Hay que decir que en el lenguaje
semítico[3] -bajo cuya lógica son
escritos los evangelios, aunque nuestros textos originales sean en griego-
cuando usa el adjetivo “muchos, una
muchedumbre”, no excluye la idea de totalidad, es decir a “todos”, esto quiere decir que en la
mentalidad semítica, que no tiene términos absolutos[4] , cuando se dice: “muchos”, se dice: “todos”. La salvación entregada por Cristo en la cruz y
Resurrección, y que se hace memorial en cada Eucaristía, es universal y sin
exclusión.
[1] Esta Constitución se encuentra al inicio
de nuestro Misales
[2] Traducción de la Biblia de Jerusalén, en
su edición de 1998.
[3] Se entiende por lenguas semíticas,
aquella familia de lenguas del Oriente próximo, donde se incluyen: el hebreo,
el arameo y el árabe.
[4] recordemos que
cuando Jesús le dice a Pedro de perdonar setenta veces siete, no es el
resultado de la multiplicación, sino que quiere decir siempre
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