Le preguntan a Jesús por el mandamiento más grande de la ley, el doctor
de la Ley que le pregunta sabe muy bien la respuesta, pero quiere poner a
prueba a Jesús, por eso le da el título de “maestro”, casi en forma irónica (Mt
22, 34-40). Sin embargo Jesús responde en forma correcta, citando a Dt 6,5 y
Josué 22,5: “Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas”, y le agrega
desde el Levítico 19,18: “amarás a tu
prójimo como a ti mismo”. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y
los profetas, termina Jesús.
Jesús centra el mandamiento principal en el Amor, como actitud
activa del creyente: amor que se enfoca en Dios y también a los demás, como
expresión concreta del amor a Dios. Amar a Dios con todo lo que somos y
tenemos, es lo que quiere contener en esta triple expresión: el corazón, el
alma y las fuerzas. Dios es Amor, y por lo tanto en la medida que nuestro amor
está fundado en Él, nuestra vida cobra un sentido transcendental.
Pero el cristianismo, no es sólo un misticismo, que nos aleja y
nos evade de la vida. La encarnación del Hijo de Dios y su pasión en la cruz,
nos enseña como Dios se ocupa de la humanidad y de toda la creación. Por lo
tanto el amor a Dios se despliega el amor a los demás. El amor al prójimo de
Jesús, es dinámico y comprometido. La primera lectura de este domingo del éxodo
(22,20-26), nos lo recuerda: “no
maltratarás al extranjero, no harás daño a la viuda y al huérfano”.
Gloria y Honor a Tí, Señor Jesús.-
ResponderEliminarAMEN............
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