Este domingo, con la celebración del “domingo de Ramos” se inicia
una nueva Semana Santa. Diferentes son las visiones que cada uno puede tener de
estos días: para algunos es un tiempo para descansar, para salir, “vacaciones
de Semana Santa”, dirán otros. Un tiempo de reflexión, de paz, de buscar lo
mejor de la humanidad, para otros. Para los cristianos: ¿qué significan estos
días?. Decir primero, que la Semana santa, no es solo: viernes, sábado y
domingo. Estos se conocen como el Triduo Pascual. La Semana Santa comienza con
la bendición de Ramos de este domingo para concluir el Domingo de Pascua,
pasando por las celebraciones del Jueves Santo, que recordamos en forma
especial la institución de la Eucaristía (la
“misa de lavado de pies”, como es conocida en nuestras parroquias), el
Vía Crucis y la Adoración de la Cruz el día Viernes Santo. Para terminar con la
gran Vigilia de Pascua de Resurrección en las misas del atardecer y de la noche
del sábado santo y las misas de Pascua el Domingo.
¿Qué significado tiene para los cristianos católicos ésta Semana?,
¿qué celebramos y recordamos estos días?. Celebramos a Jesucristo, el Hijo de
Dios Padre, enviado por Él para proclamar el Reino de Dios y entregar su vida por
la salvación de la humanidad entera. Sin embargo para esto, necesitamos aceptar
a Jesús como nuestro Salvador y Señor. Como nos recordaba el Papa Francisco en
su Carta al pueblo de Dios de hace un año: ”La salvación ofrecida por Cristo es
siempre una oferta, un don que reclama y exige la libertad. Lavando los pies a
sus discípulos es como Cristo nos muestra el rostro de Dios. Nunca es por
coacción ni obligación sino por servicio”, Hasta aquí el Papa.
“Una Iglesia que no sirve, no sirve para nada”: Decía el titulo de
un libro del obispo francés Jacques Gaillot, que leí en mis años de seminario. La Iglesia no
está para mirarse a sí misma, sino para contemplar el rostro del Señor,
manifestado en Jesucristo, especialmente al conmemorar los misterios de la
Semana Santa, y contemplando el rostro del Señor, entregarlo a la humanidad que
busca sentido y esperanza, entre tantas oscuridades. La victoria de Jesús sobre
el pecado y la muerte nos llenan de esperanza y nos renuevan en nuestra fe.
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