viernes, 28 de junio de 2019

Una actitud nueva



En tiempos de falta de confianza en las instituciones en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad, ninguna se puede erigir con superioridad moral sobre las demás, tampoco la Iglesia queda excluida de esto, por todo lo conocido y reiteradamente recordado. Uno de los muchos errores que se han cometido en el afrontar la crisis, ha sido el querer dar “vuelta la pagina” lo antes posible. La realidad nos ha enseñado que es más complejo, y que soluciones rápidas y simplistas no tienen buen destino.

Sin embargo tampoco nos podemos quedar en la constante queja, desánimo y perplejidad, sino que también hay que ir dando pasos para avanzar hacia un restablecimiento de las confianzas. El Papa Francisco ha dado claras señales en esta línea, por ejemplo su último documento Vos estis lux mundi (“Ustedes son la luz del mundo”) un instrumento que garantiza rapidez, transparencia en tema de prevención de abusos. Así como también la exhortación a los jóvenes Christus vivit (Cristo vive), que responde a dos años de camino sinodal, y que muestra que toda vida cristiana es vocación. Finalmente el Papa invitó para octubre de este año a un Sínodo sobre la Amazonía y derechos humanos, para que frente a la explotación del “pulmón del mundo”, formular un llamado a la ecología integral.

Todo esto y otras iniciativas, sin embargo tienen que ir acompañadas de un espíritu distinto, más evangélico. En el evangelio de este domingo (Lc 9, 51-62) cuando Jesús es rechazado en los pueblos samaritanos, sus discípulos quieren “mandar caer fuego del cielo”, apegados a la lógica de la fuerza y del juicio. Jesús los reprende por esta actitud y simplemente se fue a otro pueblo donde lo acogieron, ya que sólo buscaban hospedaje de peregrinos, este es el espíritu del Reino de Jesús: un sencillo caminar junto a su pueblo.

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