SALMO 17 (16)
Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Y mis pies se mantuvieron firmes
en los caminos señalados:
¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.Protégeme como a la pupila de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alasPero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.
Y mis pies se mantuvieron firmes
en los caminos señalados:
¡mis pasos nunca se apartaron de tus huellas!Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:
inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.Protégeme como a la pupila de tus ojos;
escóndeme a la sombra de tus alasPero yo, por tu justicia, contemplaré tu rostro,
y al despertar, me saciaré de tu presencia.
Las últimas semanas no han pasado indiferentes para nadie, han
brotado de nosotros sentimientos, recuerdos, emociones, angustias y esperanzas.
Se hacen análisis e interpretaciones diversas. Circulan noticias falsas y
muchos se ofenden mutuamente. Cito al venerable obispo Enrique Alvear: “Nosotros confiamos y creemos en el hombre
porque Dios confía y cree en el hombre[…] creemos en Cristo, el Hijo de Dios
que se hace hombre y que nos dice: caminemos, hagamos esta historia humana cada
vez más humana, más digna” (Homilía 03 diciembre 1981).
El salmo responsorial de la liturgia de este domingo dice en su
antífona: ”Señor, al despertar, me
saciaré en su presencia”. Se ha repetido con insistencia que Chile ha
despertado. Despertar es una metáfora que en los salmos se entiende como la
primera acción después de la noche. La noche que significa oscuridad, pecado y
muerte. Jesús resucita en la aurora de la mañana, venciendo las tinieblas de la
muerte.
El salmo prosigue: “Escucha,
Señor, mi justa demanda, atiende a mi clamor, presta oído a mi plegaria”.
Con mucha fuerza debemos seguir orando por nuestra Patria, para que se escuchen
las justas demandas de su pueblo. Que exista humildad, apertura, diálogo, que
se acabe la violencia, que sólo trae dolor, angustia y confusión a un pueblo
que merece vivir en la paz y en el amor.
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