sábado, 19 de noviembre de 2011

Cristo rey y su reinado de justicia y solidaridad


Evangelio según San Mateo 25,31-46.

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.

Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'. Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'. Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'. Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'. Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.

Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
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Este domingo celebramos a Jesucristo rey del universo, y el evangelio de Mateo nos presenta una parábola: El Señor el día de su gloria reúne todas las naciones en torno a él, y separa a unos y a otros: justos e injustos. Es una parábola escatológica, es decir, que nos indica el final de los tiempos, el juicio final, nuestra propia muerte, son temas que no siempre queremos hablar porque nos causan miedo y angustia, pero vistos desde el mensaje de Jesús, cambia la perspectiva y se tiñe de esperanza y de sentido.


Dice san Juan de la Cruz, que al atardecer de nuestras vidas seremos juzgados por el amor, esto quiere decir por el amor que hayamos colocado en todo lo que hacemos y decimos.


Lo primero que nos llama la atención de la parábola es lo concreto del amor al que hace referencia: “tuve hambre, tuve sed, estuve enfermo y preso…”. La presencia de Jesús en aquellos que sufren y necesitan de nosotros es concreta y real, y en la medida que sabemos descubrirlo en los hermanos sufrientes, estaremos cumpliendo con el mandamiento del amor en forma plena. Y según la parábola el juicio consistirá precisamente en la atención que hayamos colocado en los demás.

A unos les dirá benditos, porque dieron de comer y de beber a quienes los necesitaron y visitaron a enfermos y presos, éstos se sorprenden al saber que Cristo estaba en ellos: “¿cuándo te dimos de comer?”. También los otros se asombran y preguntan: “¿cuándo te vimos con hambre y no te dimos de comer?”. Todo lo que hicieron o dejaron de hacer con unos de mis hermanos más pequeños conmigo lo hicieron o dejaron de hacer será la respuesta de Jesús.


Que nosotros que sabemos en que consistirá nuestro juicio final, pongamos atención en los más pequeños y más débiles de nuestra sociedad, porque servirles es servir al mismo Señor.


2 comentarios:

  1. Para mi gusto este es el pasaje más hermoso de la Escritura, cargado de una humanidad tan grande que solo puede salir de la boca de Dios. Cargado de un mensaje escatológico y tan real.

    ¡Un abrazo en esta fiesta de Cristo Rey!

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