La
Iglesia está celebrando durante este año un tiempo especial: un año Jubilar, es
decir un tiempo de gozo, de alegría, y que está enfocado a la Misericordia. La
misericordia es más que una característica esencial de Dios, podríamos decir
que es la definición de Dios, del Dios cristiano.
El
Dios bíblico, en un progreso pedagogico se va revelando como Dios Amor: Creador
y Liberador, que acompaña a su Pueblo en todas sus vicisitudes, y a pesar de sus
debilidades e infidelidades, Dios es siempre fiel y misericordioso.
¿Qué
significa la Misericordia?. La palabra latina: “misericordia” quier decir,
“tener el corazón con los pobres”, “sentir afecto por los que sufren”. La
misericordia denota la actitud de quien trasciende el egoísmo y el egocentrismo
y tiene su corazón para los demás, en especial quienes sufren miserias.
En
Jesús la misericordia, no sólo encuentra su máxima expresión, sino que se hace
carne. “Tanto amó Dios al mundo, que envió a su Hijo al mundo para darnos la
Vida eterna”. El texto del evangelio de Lucas (7, 11-17), que escucharemos este
domingo, nos muestra en la resurrección del hijo de la viuda, que el amor
compasivo de Jesús, no sólo es afectivo, sino que también es efectivo. Denotan
las entrañas de misericordia del Señor, quien se conmueve ante el sufrimiento
de una mujer que ha perdido a su único hijo.
Que
el mismo Señor nos regale a nosotros el Don de poder descubrir y conmovernos
ante el sufrimiento de los demás.
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