sábado, 11 de julio de 2020

Tierra buena





Para lograr una buena cosecha de cualquier especie, se necesita que al sembrar se cumplan varias condiciones básicas para que todo resulte bien. Es de vital importancia preparar bien el terreno en donde se depositará la semilla que se va a sembrar. La tierra debe ser buena para obtener un buen fruto a la hora de cosechar. A nadie se le ocurriría tirar la semilla desordenadamente, en cualquier terreno, sin haberlo preparado previamente, a nadie, excepto a Jesús.

Jesús inicia un discurso sobre el Reino de Dios, y lo hace a base de parábolas, aquellas pequeñas historias, que nos esconden un mensaje de fondo, así como la semilla protege el contenido más profundo dentro de sí. Se va descubriendo este mensaje escondido en las parábolas de a poco, en el proceso pedagógico de la fe, así como de a poco va brotando la semilla sembrada en la tierra buena. La parábola del Sembrador (Mt 13,1-23), con el inicia la serie de Parábolas del Reino, nos relata de un sembrador que va esparciendo su semilla en todos los terrenos: al borde del camino, entre piedras, entre espinas. ¿Qué sentido tiene tirar la semilla en cualquier parte?. La Palabra de Dios representada en la semilla, esta llena del potencial del Reino de Dios, que se va a desarrollar según la acogida que tenga. La Palabra de Dios necesita ser comunicada, ser puesta en común con la humanidad, Dios quiere compartir su Palabra y su Vida con nosotros, por eso esparce la semilla por todas partes buscando esa parte de tierra buena.

La imagen del sembrador esparciendo la semilla por doquier, aparentemente sin preocupación por el terreno donde va a caer, es sin embargo la imagen de Jesús que está tocando a la puerta y llama, que quiere encontrar en nosotros esa parte de tierra buena que siempre está y que puede hacer germinar esa buena semilla de Jesús.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: Preparación a la Navidad en tres actos. Domingo 3º...

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: Preparación a la Navidad en tres actos. Domingo 3º... :     Yo soy la voz que clama en el desierto. La liturgia ...